viernes, 5 de septiembre de 2008

La historia de un amor (Anisoara)

"Surgida del viento, la cal y la arena, a las costas de Rumania, la joven Anisoara no conoció hogar alguno hasta que sus desdichados ( o afortunados, según se mire) pasos la llevaron hasta un pequeño hogar en Alicante (España)."


Fue fruto de una pasión sin límites, de un amor prohibido y de un odio muy arraigado y profundo. Hija, aunque no quiera reconocerlo (o su memoria no de para ello), de una princesa española que sucumbió ante el embrujo de un príncipe rumano. En esa época la guerra de la fe era demasiado fuerte como para poder hacer cualquier cosa sin dar a conocer tus pasos, y la relación, no pasó desapercibida, como otras tantas cosas.

Así pues, decidiendo formalizar la relación al estar tan enamorados... No aguantaron más tiempo y decidieron informar a sus familias de los planes concebidos para su enlace. Gracias a las mentiras que contaron, consiguieron organizarlo todo y aguardaron con impaciencia la fecha acordada. Y, cuentan que, estando ya allí reunidos, al percatarse de quienes eran las respectivas familias, ni siquiera Dios* fue capaz de detener la matanza.

Al verse en esas condiciones, Razvan y Andrea intentaron escapar del lugar, y en la frenética huida ella le confesó que estaba embarazada. Por culpa del enfrentamiento no se había podido oficiar la boda, pero eso no empañó la alegría del joven al saber de su suerte. Juró protegerla y cuidarla, a ella y al pequeño.

Pero la suerte es caprichosa y muchas veces juega en contra. Algunos de los familiares más sangrientos, por parte de la novia, los encontaron pocos días después de aquéllo. Y dieron muerte al joven, que procuró cuidarse de esconder bien a su amada para que no le dieran caza. Sus últimas palabras en la despedida fueron claras: "Velaré por ti allá donde esté, y sea cual fuere mi suerte. Y si amarte ha sido el peor de mis pecados... Con gusto arderé en el infierno, Andrea."

Nadie dió jamás con Andrea, que se cuidó de permanecer oculta durante el embarazo y una vez alumbró, poco tardó en deshacerse de la niña. En un intento desesperado de olvidarse de ella, ya que era un símbolo tangible de lo que un día la unió a Razvan.

Y desde aquí... Nada más que leyendas. Dicen que Andrea lanzó el bebé al mar y se crió como una sirena. Que sus ojos encierran todo lo que ha visto en las profundidades. Y que simboliza el amor y la libertad y por eso, cuando esté enamorada, podrá usar sus alas para volar.


*Entiéndase el odio debido a que los españoles eran Cristianos Católicos Apostólicos Romanos, y los rumanos eran Cristianos Ortodoxos.